Es madre, esposa, feminista y activista. A través de la organización sin ánimo de lucro Archewell Foundation, ella y su marido se dedican a activar la compasión –la fuerza cultural que define el siglo XXI– en comunidades de todo el mundo. Actualmente reside en su estado natal, en Los Ángeles, con su familia, dos perros y un creciente número de pollitos.